La vida de Nicholas en el sistema penitenciario de California estaba determinada por el trabajo forzado. Enfermo o no, tenía que presentarse a su turno de cocina a las 4:30 a. m. todos los días, y se enfrentaba a un castigo o al riesgo de perder privilegios si faltaba al trabajo. Escribe para Teen Vogue,
“¿En qué otro lugar de Estados Unidos sigue siendo legal la esclavitud? ¿En qué otro lugar puede alguien a quien ya le han quitado la libertad enfrentarse a más restricciones por negarse a trabajar? Sólo en prisiones y cárceles”.
En toda California, historias similares revelan un sistema de explotación profundamente arraigado en la historia del estado. Mientras los votantes de California se preparan para votar sobre la Proposición 6, que enmendaría la constitución estatal para prohibir la servidumbre involuntaria en prisiones y cárceles, voces como la suya amplifican la importancia de esta votación histórica.
Un legado de trabajo forzoso
La “cláusula de excepción” en las constituciones estatales y estadounidenses ha permitido el trabajo penitenciario forzado desde la creación del estado, haciéndose eco de prácticas centenarias utilizadas para explotar a las poblaciones indígenas y, más tarde, a los afroamericanos y otros grupos marginados.
A la luz de estos problemas urgentes, Freedom United organizó una panel de discusión para crear conciencia sobre las implicaciones de la Proposición 6 y la lucha más amplia contra el trabajo forzoso en el sistema penitenciario. El panel contó con la participación de Katharine Bryant, de Walk Free, y Jerónimo Aguilar, de Legal Services for Prisoners With Children, quienes subrayaron la urgencia de la situación.
Bryant dejó muy en claro una cuestión: la rehabilitación requiere elección y acceso a condiciones laborales justas, que están notablemente ausentes en las estructuras laborales penitenciarias actuales. Explicó:
“La gente quiere trabajar en prisión, pero lo fundamental es que no sea obligatorio y que tengan acceso a derechos laborales dignos”.
Aguilar señaló,
“Cuando te encarcelan, el castigo ES el encarcelamiento, no deberías perder tus derechos humanos. No debería significar que tu cuerpo pueda ser utilizado como una herramienta económica para la explotación”.
Bryant seguimiento con respecto a las enormes ganancias que se obtienen gracias al trabajo forzado en prisión:
“El pago promedio por el trabajo realizado en prisión es de un dólar, pero es una industria de 1 mil millones de dólares y muchas industrias se benefician económicamente de que la gente se vea obligada a trabajar en las cárceles”.
Una llamada a la acción
A medida que los votantes de California se acercan a las urnas este noviembre, no se puede exagerar la importancia de votar sí a la Proposición 6.
“Votar sí a la Proposición 6 este noviembre es una forma poderosa de tomar medidas contra la esclavitud moderna y ayudar a cambiar los sistemas opresivos”.
Estamos completamente de acuerdo. El trabajo forzado no tiene cabida en las cárceles de California, ni en ningún otro lugar de Estados Unidos. Únete al pedir la abolición total del trabajo forzado en el sistema penitenciario de los Estados Unidos. nuestra petición para exigir que los legisladores aborden la excepción de la Decimotercera Enmienda de una vez por todas.
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