En Myanmar, la supervivencia se consigue a costa de un riñón

Maung* es uno de los muchos habitantes de Myanmar que se encuentran atrapados en una espiral descendente alimentada por la pobreza, el conflicto civil y las oportunidades económicas limitadas. En julio de 2023, viajó a la India para vender su riñón por 10 millones de kyats birmanos (3,709 dólares), un precio que casi duplica el ingreso medio anual en las zonas urbanas de Myanmar. Lamentablemente, la historia de Maung no es única. Tras una investigación de un año, CNN Descubrió un número creciente de personas desesperadas en Myanmar que venden sus órganos en Facebook a individuos ricos, a menudo a través de un agente externo que facilita la venta ilegal.

Pobreza, conflicto y decisiones sombrías

Maung explica que sintió que su única opción para sobrevivir y mantener a su familia era ofrecer su riñón en venta en Facebook.

"En ese momento, sentí que la vida era tan dura que no había otra forma de sobrevivir que robando o matando gente por dinero”.

Maung se encontraba en una situación imposible: su esposa y su hija no habían comido en tres días y sus deudas se acumulaban después de que la junta militar de Myanmar lo detuviera y torturara bajo sospecha de transportar bienes para las fuerzas de la oposición.

Atormentado por su decisión, antes de su cirugía Maung dijo:

“Sufro profundamente cuando miro a mi familia. No tienen nada. Mientras tanto, también me estresa pensar en lo que me espera. Si muero, espero que este dinero pueda ayudar a mi esposa y a mi hija a alimentarse y sobrevivir, aunque no les dure toda la vida”.

“Mi tipo de sangre es O. Envíame un mensaje privado.”

April*, una mujer de 26 años, sintió que no tenía otra opción que anunciar la venta de su riñón en Facebook. April había dejado su casa para trabajar en una fábrica de ropa en Yangon, pero su salario mensual de 100 dólares no era suficiente para cubrir el aumento de los costes de vida y el tratamiento contra el cáncer de su tía. Cuando descubrió un grupo en Facebook donde la gente vendía sus riñones, publicó:

“Quiero donar mi riñón. Mi tipo de sangre es O. Necesito dinero para mi tía que tiene cáncer y necesita una operación. Tengo 26 años y no bebo. Envíame un mensaje directo”.

Poco después de anunciar su riñón en Facebook en febrero, April dijo:

“Vender una parte del cuerpo es una decisión difícil para todos. Nadie quiere hacerlo. La única razón por la que lo hago es porque no tengo otra opción”.

Los síntomas florecientes de los problemas sistémicos

El tráfico ilegal de órganos es un síntoma de problemas sistémicos. Desde el golpe militar de Myanmar en 2021, el país se ha sumido en el caos y ahora casi la mitad de su población vive por debajo del umbral de pobreza. A medida que aumenta la violencia y se derrumba la economía, crece la desesperación y florece el tráfico ilegal de órganos.

Las historias de Maung y April forman parte de un panorama más amplio y peligroso. Sus situaciones se alinean con una creciente red mundial de tráfico de órganos en la que agentes ilegales se aprovechan de quienes se encuentran en graves dificultades. Los compradores y vendedores a menudo recurren a agentes que organizan operaciones y falsifican documentos para eludir las barreras legales. En Myanmar y la India, las donaciones sólo se permiten entre familiares, con pocas excepciones. Como resultado, los agentes falsifican los registros familiares y la embajada de Myanmar en Nueva Delhi a menudo hace la vista gorda. Pero el problema subyacente es el fracaso de los gobiernos y los sistemas internacionales a la hora de proteger a los vulnerables de la explotación.

Al generar conciencia y movilizar apoyo, podemos enfrentar las causas profundas del tráfico de órganos y abogar por la protección de las personas vulnerables en países en crisis para que la gente no se vea obligada a tomar decisiones imposibles. Acompáñenos en nuestra determinación de salvaguardar la dignidad humana y combatir el flagelo de la sustracción ilegal de órganos. Únase a nuestros esfuerzos de campaña firmando nuestra petición hoy.