En un estado pobre del noreste de Brasil, los trabajadores recolectan cera de carnauba de las palmeras para ganarse la vida. Según informa la BBC, las grandes empresas como L'Oréal, que compran la cera una vez procesada, hacen la vista gorda ante las condiciones de esclavitud de estos trabajadores. Y a pesar de que las plantas procesadoras firmaron un acuerdo para mejorar las cadenas de suministro y poner fin a la informalidad del sector de recolección de carnauba, los inspectores laborales de Brasil dicen que nada ha cambiado para los trabajadores.
Desde dulces hasta pastillas y cosméticos, la esclavitud está en la lista de ingredientes
La cera de carnauba es un producto que se utiliza desde hace años en todo el mundo para evitar que los caramelos se derritan, hacer que las pastillas sean más fáciles de tragar y espesar cosméticos como el lápiz labial y el rímel. Durante más de una década se han llevado a cabo redadas para rescatar a personas que trabajan en plantaciones de palma de carnauba, o “árbol de espinas”, en condiciones consideradas como trabajo esclavo. Gislene Melo dos Santos Stacholski forma parte de una unidad de despliegue móvil que lleva a cabo esas redadas.
Gislene dijo:
“La recolección de carnauba es una actividad dolorosa porque las condiciones de trabajo bajo el sol no son fáciles, es un trabajo extremadamente manual, pesado, que utiliza herramientas manuales”.
Uno de los trabajadores no registrados que Gislene entrevistó durante una redada reciente compartió que tenían que dejar de trabajar regularmente o el sol los mataría. Los trabajadores de este sitio beben de recipientes de agua de plástico con la inscripción “sólo con prescripción médica”, lo que significa que están bebiendo de recipientes de medicamentos viejos. Es un trabajo difícil y peligroso y la mayoría de los trabajadores reciben poca o ninguna capacitación sobre cómo realizarlo de manera segura. Trabajan con guadañas hechas a mano sujetas al extremo de una larga vara de bambú que utilizan para cortar las hojas en la parte superior de las palmeras. Para evitar lesiones, es necesario usar guantes, pero sólo los pocos trabajadores "registrados" reciben equipo de seguridad. El resto debe comprar el suyo o quedarse sin él.
Protección en el papel, pero no en la práctica
El código penal de Brasil incluye no sólo el trabajo forzoso y la servidumbre por deudas en su definición de esclavitud, sino también condiciones laborales degradantes y largas jornadas que ponen en riesgo la salud de los trabajadores. Sin embargo, el poder de detener realmente la explotación en lugar de limitarse a realizar redadas, bueno, repito, está en manos de las grandes empresas que, según las autoridades, están haciendo la vista gorda ante la explotación. Hay un alto nivel de informalidad en la industria, lo que hace que rastrear la cadena de suministro hasta las grandes empresas sea una tarea casi imposible. El Ministerio de Trabajo de Brasil intentó abordar la situación en 2016 cuando consiguió que las cinco mayores empresas procesadoras de cera firmaran un acuerdo en el que se comprometían a mejorar la cadena de suministro y poner fin a la informalidad en la industria. Pero la inspectora Gislene dice que como casi toda la cera producida en Brasil se exporta y sin un fuerte apoyo de la industria extranjera, poco se puede hacer.
Gislene declaró:
“La precariedad viene de arriba hacia abajo… lo que llamamos ceguera deliberada. Es cómodo para la industria no ver los problemas, porque no necesitan actuar, no necesitan invertir, no necesitan pagar”.
Uno de los mayores obstáculos para rastrear con precisión las cadenas de suministro de cera es que legalmente, los pequeños productores familiares en Brasil no tienen que llevar un registro documental cuando venden su cera. A pesar de los compromisos con el abastecimiento responsable, las autoridades dicen que ninguna empresa que compre de la industria de la carnauba en Brasil puede afirmar que tiene una cadena de producción limpia debido a la generalizada informalidad del proceso de recolección allí.
Al final de su inspección, Gislene impuso una multa por las 15 infracciones que encontró en el lugar, incluidas condiciones laborales similares a las de la esclavitud, no registrar a los trabajadores, no proporcionar suficiente ropa de trabajo, falta de agua potable, suministro eléctrico inseguro, contratación ilegal de trabajadores, alojamiento deficiente y condiciones insalubres.
Esta es la tercera vez que el sitio es multado. Después de las entrevistas, Gislene les dice a los trabajadores que pueden irse a casa, pero pocos quieren irse. Fue la pobreza extrema lo que los llevó a conseguir el trabajo en primer lugar. Para muchos, no importa que las condiciones en las que trabajen sean iguales a las de la esclavitud moderna según la ley. Los ingresos que traen a casa ponen comida en la mesa, sin importar las condiciones de trabajo, y regresan al “árbol de espinas”. Sin el apoyo de la comunidad internacional y la industria multinacional, es poco probable que esto cambie pronto.
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La codicia de algunas empresas va más allá de las palabras. Explotan de todo, la naturaleza, los animales y los humanos. Será cuestión de tiempo que todo esto termine y la naturaleza contraataque. Como podemos ver ya empezó!!!
Protege a los trabajadores que suministran tus materias primas. Muchos trabajan en condiciones de esclavitud.
Me entristece continuamente la forma en que tratamos a nuestros semejantes. Gracias a Dios por aquellos que se levantan y tratan de marcar la diferencia. Espero que podamos, como comunidad global, apoyar cualquier cosa que desafíe estas condiciones laborales inhumanas.
¿Por qué no cesan las infracciones? La historia es muy reveladora.