El parlamento de Uganda considerará un proyecto de ley que regula la extracción y el comercio de órganos y tejidos humanos mientras las autoridades intentan abordar las preocupaciones sobre el tráfico de órganos.
Los informes de Reuters sobre la situación del comercio de órganos y tejidos de donantes involuntarios han atraído el interés público en Uganda. Además, el Proyecto de Informes de Corrupción y Crimen Organizado (OCCRP) informó sobre el vínculo entre las redes de trata de personas en el Golfo y el tráfico de órganos.
¿Qué hará esta legislación?
La Comisión de Salud del Parlamento estudia un proyecto de ley que establece un marco legal para la donación y trasplante de órganos, hasta ahora no regulados en el país. Además, el proyecto de ley define cadenas perpetuas para los culpables de vender órganos humanos y para los involucrados en la realización de cirugías de sustracción de órganos. Además, cualquier persona que ofrezca suministrar un órgano a cambio de una recompensa económica enfrentará hasta 20 años de prisión o una pena máxima de $54,000.
At una conferencia de prensa, La ministra de Salud de Uganda, Jane Ruth Aceng, declaró:
“El proyecto de ley busca regular la donación de órganos, células y tejidos, así como regular los trasplantes en este país. Se busca atender los problemas del comercio ilícito del que se habla de vez en cuando”.
Redes de trata de personas en el Golfo
Según los medios locales, las mujeres ugandesas contratadas para el trabajo doméstico en Oriente Medio (estimadas en unas 100,000 ugandesas en los países del Golfo) a veces son engañadas para someterse a procedimientos médicos en los que les extraen los riñones en contra de su voluntad. Algunos hospitales, incluidos los hospitales públicos, también han estado implicados en la trata.
Las redes de tráfico incluyen supuestas empresas que atraen a los trabajadores fuera de Uganda y posteriormente los someten a cirugías de extracción de órganos. Milly Namazzi, que había estado trabajando en Arabia Saudita desde 2019, fue trasladada en avión a Egipto después de la expiración de su contrato en 2021, donde se informó su muerte. El examen de sus restos, que fueron enviados a Uganda, reveló que le habían extirpado los riñones y los órganos genitales. A Judith Nakintu, que también trabajó en Arabia Saudita, le fue algo mejor.
Ella le dijo a varios medios de comunicación:
“Mi empleador me llevó al hospital para vacunarme contra el COVID-19. Luego caí inconsciente en la cama del hospital. Cuando me desperté a la mañana siguiente, tenía una herida debajo de mi abdomen. Traté de preguntar cómo lo conseguí y nadie me dijo. Todos ignoraron mis gritos para saber qué había pasado”, dijo a los medios después de regresar a casa.
La sustracción forzada de órganos y el tráfico de órganos son crímenes atroces que tienen lugar en todo el mundo. La comunidad de Freedom United cree que todos los gobiernos tienen la responsabilidad de tomar medidas para combatir estos horribles abusos contra los derechos humanos. Firma la petición ahora esta página.
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