Los responsables de la formulación de políticas contra la trata de personas "No quieren interrumpir las relaciones de poder"

¿Por qué fracasan tantas intervenciones para detener la trata de personas?

Porque los políticos están menos interesados ​​en adoptar políticas que desafíen las relaciones de poder actuales.

Esto es lo que sostiene Igor Bosc de la Oficina de País y Asia Meridional de la OIT para la India en un nuevo artículo de opinión en Open Democracy. Como Asesor Técnico Jefe del Programa Work in Freedom, ha revisado políticas, leyes y prácticas relacionadas con la trata de personas y la migración laboral con los responsables políticos de la región.

Y ha descubierto que muchos no están entusiasmados con abordar problemas estructurales más profundos que, en última instancia, conducen a la trata de personas.

Él escribe:

Hasta ahora, hemos descubierto que los responsables de la formulación de políticas muestran un mayor interés en abordar la trata de personas y el trabajo forzoso cuando hacerlo no interrumpe las relaciones de poder en las que tienen un interés directo. Por ejemplo, los formuladores de políticas en los países o ciudades de destino tienden a apoyar campañas de información diseñadas para educar a los trabajadores migrantes sobre los riesgos.

Esto es especialmente cierto cuando las campañas se dirigen a posibles migrantes antes de que abandonen sus países de origen. También han apoyado los esfuerzos de enjuiciamiento dirigidos a los intermediarios de contratación laboral en los países o distritos de origen.

Sin embargo, los responsables de la formulación de políticas demostraron ser más prudentes a la hora de implementar las leyes laborales en los países de destino, incluso donde los abusos laborales sistémicos estaban bien documentados.

Su resistencia se hizo más pronunciada cuando la implementación afectaría el equilibrio de poder entre el empleador y el trabajador migrante, o el contratista y el trabajador migrante (por ejemplo, el apoyo a la libertad de asociación o negociación colectiva, consagrado en los Convenios núms. 87 y 98 de la OIT, respectivamente).

Asimismo, los responsables de la formulación de políticas en los países, estados o distritos de origen demostraron con regularidad preocupación por las condiciones abusivas que enfrentan los trabajadores migrantes en los países de destino. Cuando se trataba de abordar las razones por las que los migrantes abandonaban sus hogares o de regular a los facilitadores de migrantes formalizados a gran escala, se mostraron menos entusiastas.

En otras palabras, los responsables de la formulación de políticas transfirieron responsabilidades a otras partes.

Además de esto, un documento de la OIT en 2017 señaló que las políticas contra la trata tendían a centrarse demasiado en "educar a los migrantes y responsabilizar a los reclutadores mientras pasaban por alto las condiciones de vida y de trabajo".

Centrarse más en las políticas relativas a las condiciones laborales es más importante, concluyó la OIT, porque los trabajadores a menudo no pueden mitigar todos los riesgos de la migración laboral y porque los reclutadores de mano de obra no siempre son los culpables de las malas condiciones laborales.

Para Bosc, "los derechos a los medios de vida, el trabajo y la movilidad solo pueden abordar de manera efectiva el trabajo forzoso cuando las políticas que los implementan alteran la dinámica de poder predominante y mejoran las condiciones de trabajo, los niveles de ingresos, el tiempo de descanso y, sobre todo, la dignidad de los trabajadores y sus familias".