Volkswagen ha anunciado la venta de su planta de fabricación en la región de Uigur, junto con dos pistas de pruebas en la región, alegando “razones económicas” y un reajuste estratégico. Esta decisión se produce en medio de un creciente escrutinio sobre la participación de las empresas en regiones vinculadas con el trabajo forzoso y los abusos de los derechos humanos.
Freedom United ha estado a la vanguardia de este problema, lanzando una campaña Instando a los fabricantes de automóviles, incluida Volkswagen, a comprometerse con cadenas de suministro éticas y a cortar los vínculos con el trabajo forzoso en la región de Uigur. También protestamos en Berlín durante su asamblea general anual de este año y entregamos nuestra petición con decenas de miles de firmas a la empresa. Esfuerzos de defensa como este han sido fundamentales para aumentar la presión sobre las corporaciones para que alineen sus prácticas con los estándares de derechos humanos.
Aunque Volkswagen no ha vinculado explícitamente su decisión a preocupaciones en materia de derechos humanos, la venta señala un cambio en la forma en que las consideraciones económicas y éticas están dando forma a las estrategias corporativas. Este resultado pone de relieve el poder de la acción colectiva, demostrando que cuando las comunidades se unen para exigir responsabilidades, las empresas toman nota.