Todavía hay demasiadas personas en el mundo de hoy que creen incorrectamente que la esclavitud llegó a su fin hace mucho tiempo. Por lo tanto, las campañas de concienciación pública son esenciales, ya que si no se reconoce la esclavitud moderna, hay pocas posibilidades de lograr avances significativos en la lucha contra este crimen. La falta de conciencia significa que los vecinos no reconocerán las circunstancias del trabajador doméstico de al lado. Los traficantes obtendrán sus ganancias ante las narices de las autoridades. Las víctimas no recibirán la ayuda que necesitan e incluso podrían ser procesadas ellas mismas. Necesitamos un cambio en las normas sociales para que la trata de personas se reconozca como trata, una forma de esclavitud moderna y un delito inaceptable.
Este tipo de cambio social requiere conciencia, así como cambios políticos y legislativos. El cambio que necesitamos para luchar con éxito contra este mal social necesita impulso y poder: un movimiento diverso para liderar esta carga mediante la difusión de la conciencia. El cambio, como el éxito, tiene muchas madres. La conciencia pública eficaz rara vez actúa sola. Funciona mejor junto con otras iniciativas, incluida la investigación, la legislación y el desarrollo de políticas. La conciencia facilita el cambio, crea el espacio político y la voluntad de acción y asegura una implementación efectiva.
Aceptando que existe la necesidad de sensibilizar al público, examinemos algunas de las herramientas necesarias para hacerlo, como las campañas y la información pública. Algunos críticos han descrito estas herramientas como instrumentos contundentes. Si bien a veces puede haber problemas con campañas específicas, este tipo de crítica no se puede aplicar al por mayor a todos los esfuerzos de campaña en el campo. Tomemos, por ejemplo, los esfuerzos en curso para educar al público sobre la escala de la esclavitud. Para hacer eso de manera efectiva, necesitamos números. La Índice de esclavitud global (GSI) sugiere que 45.8 millones de personas están sometidas a la esclavitud moderna en la actualidad. Los críticos del GSI apuntan a la aplicación de la definición de esclavitud y la metodología de investigación. Algunas de estas críticas bien pueden ser objeto de escrutinio. Sin embargo, el impacto general de tener un número, aunque sea una estimación de precisión incierta, es que ha dado vida a la conversación pública sobre la esclavitud moderna. Esto, a su vez, ayuda a crear voluntad política para actuar. Coloca la esclavitud en la agenda. Al darnos un número, GSI ha contribuido positivamente a la lucha general.
No siempre es fácil trazar un camino claro entre las campañas contra la esclavitud y el cambio político, como atestiguará cualquier evaluación de incidencia. Sin embargo, las campañas públicas ciertamente han ayudado a generar una plataforma para el cambio. Dar a los activistas por los derechos del niño la posibilidad de acudir a una reunión con funcionarios del gobierno con la influencia de 80,000 firmas a sus espaldas da fuerza y poder a sus pedidos de mejores medidas de protección, como ECPAT Reino Unido encontrado cuando abogaban por un proyecto de ley de esclavitud moderna más fuerte, habiéndose asociado con Walkfree.org. El acto final incluyó una defensa legal para proteger a las víctimas de ser criminalizadas, una cláusula para garantizar que los niños sin prueba de edad sean tratados como niños y un compromiso para implementar en todo el país un plan de 'defensores' de juicios para los niños víctimas de la trata.
El detalle es a menudo donde los mensajes públicos fallan. Transmitir un sentimiento a las personas que no prestan atención a la causa, el público objetivo de una acción eficaz de sensibilización pública, puede ser un ejercicio muy difícil. No toda la profundidad y los matices asociados con problemas específicos se pueden digerir por completo. Esto puede resultar problemático en situaciones en las que los detalles son importantes, como cuando se trata de una toma de decisiones de calidad, recomendaciones, asesoramiento e implementación de políticas, legislación o representación legal. En tales contextos, los matices y el análisis detallado son primordiales. No se puede decir lo mismo de las campañas de concienciación pública, donde el objetivo es transmitir un mensaje clave y fácil de digerir. No es necesario profundizar en los detalles donde el mensaje puede perderse.
Si bien son necesarias algunas compensaciones, también hay ocasiones en las que las campañas de sensibilización también pueden socavar el progreso, o incluso tener efectos perjudiciales al perpetuar mitos y malentendidos. Algunos de estos mitos incluyen las nociones aún populares de que la trata de personas existe solo con fines de explotación sexual, que las víctimas de la esclavitud deben estar atadas con cadenas y cuerdas, o que la esclavitud solo ocurre a través de fronteras internacionales. Los activistas tienen la responsabilidad no solo de mantener la precisión sino también de corregir las imágenes y las palabras sensacionalistas, pero no siempre cumplen con sus responsabilidades en estas áreas. Recortar demasiados esquinas en la búsqueda de la atención pública puede tener un costo a largo plazo.
Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que el mito más significativo que deben abordar las campañas es el de que la esclavitud ya no existe. Solo mediante un esfuerzo sostenido podemos hacer que la gente se dé cuenta de que, sí, la esclavitud existe. Sí, puede suceder en tu calle dondequiera que vivas. Sí, también es un problema en los Estados Unidos, no solo fuera de nuestras fronteras, y sí, esto ES la esclavitud moderna. Las campañas públicas que capten de manera precisa y sensible esta realidad, que no contribuyan a la perpetuación de estereotipos y desinformación desinformados, pueden así promover la causa de todo el movimiento contra la trata y la esclavitud. Y estoy seguro de que no solo pueden, sino que deben hacerlo, si queremos avanzar en esta lucha.
Publicado originalmente en Open Democracy el 12 de enero de 20171