Cómo el estigma silencia a los hombres víctimas de trata

“Es difícil, cada vez que cuento mi historia siento que la gente no me cree porque soy un hombre y no debería haber caído en esta situación”. Juan es solo una de las muchas víctimas masculinas de la trata en el Reino Unido, donde las organizaciones benéficas contra la trata están descubriendo que los hombres son reacios a buscar ayuda debido al estigma social.

Según Hestia, una de esas organizaciones benéficas con sede en Londres, los hombres que han sido víctimas de la trata tienen menos probabilidades que las mujeres de denunciar su abuso o incluso reconocerse a sí mismos como víctimas. Hablando a Fundación Thomson Reuters, Patrick Ryan de Hestia explica:

Los hombres que han sido esclavizados tienen menos probabilidades que las mujeres de reconocer su terrible experiencia como un crimen o denunciarlo a las autoridades, dejándolos aislados, vulnerables al abuso de drogas y en riesgo de ser traficados nuevamente.

“Es mucho más difícil lograr que los hombres se involucren después de la esclavitud; es más probable que lo descarten como una mala experiencia laboral, incluso en casos de brutalidad”, dijo Patrick Ryan, director ejecutivo de Hestia, a la Fundación Thomson Reuters.

"Los hombres tienden a enfrentar más dificultades que las mujeres para recuperarse, y no lidiar con esto puede crear un riesgo de re-tráfico".

Hestia dice que una quinta parte de las víctimas de la trata a las que ayudó el año pasado eran hombres. Dice que muchos de ellos se mostraron reacios a compartir sus experiencias o incluso aceptar dinero para reconstruir sus vidas. Kathryn Taylor de Hestia cree que esto refleja el estigma que sienten estos hombres: “Los hombres no quieren ser vistos como víctimas… es un desafío para su autoestima”, dijo.