En declaraciones a la The New York Times, una niña de 14 años contó cómo la traficaron para entregar drogas a ciudades fuera de Londres. Se parecía a cualquier otra estudiante adolescente en su camino a la escuela, pero durante meses se escabulló de su casa antes del amanecer para abordar un tren, llevando una gran cantidad de drogas que le dijeron que entregara.
Después de ser cortada de su asignación semanal, la niña dijo que pasaba más tiempo en casa, lo que significaba más tiempo charlando en su teléfono:
“Estaba arruinado, no podía hacer nada”, dijo la niña, ahora de 15 años, en una entrevista con su asistente social a su lado. “Me aburrí y comencé a charlar con la gente por teléfono, y así fue como lo conocí”, dijo, refiriéndose a su captor, quien no ha sido detenido y cuyo nombre real desconocen los investigadores.
"Él era muy dulce cuando lo conocí", agregó con el ligero tartamudeo que desarrolló en los meses que estuvo fuera. "Siguió comprándome crédito telefónico y me dijo que me cuidaría y me enseñaría cómo ganar dinero".
El hombre estaba preparando a la adolescente para que "se fuera al campo", lo que significa que se convertiría en una traficante de drogas. Si bien la mayoría de los ciudadanos británicos son objeto de trata con fines laborales o sexuales, un número cada vez mayor de jóvenes se ve atraído al mundo de las drogas debido al fenómeno relativamente nuevo de la distribución de narcóticos desde los centros urbanos a los pueblos pequeños.
En solo cuatro meses, había ganado $ 2500 y le dieron un nuevo teléfono y un brazalete de oro. Pero luego un miembro de la banda que traficaba con drogas dijo que la habían captado en cámara y que la policía la iba a arrestar. Ella le creyó y él la llevó a un garaje oscuro, donde se vería obligada durante meses a vivir con drogadictos y preparar suministros de drogas. Los pandilleros en los que una vez confió se volvieron violentos y la agredieron sexualmente. “Pensé en escapar tantas veces, pero no tenía adónde ir”, dijo. "Pensé que o me matarían o la policía me arrestaría".
Finalmente, después de decidir que no podía soportarlo más, llamó a la policía. Ahora se encuentra en una casa segura en Londres, pero los hombres que la explotaron todavía están prófugos.
Un informe reciente de la comisión británica sobre la esclavitud moderna y la trata de personas encontró que miles de personas están esclavizadas en el país. Si bien la mayoría de las víctimas son inmigrantes albaneses o vietnamitas, los ciudadanos británicos fueron el tercer grupo más grande.
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