En una revelación angustiosa, The Globe and Mail expone una realidad profundamente preocupante: la campaña del gobierno etíope en Facebook, aparentemente destinada a brindar oportunidades de empleo a los trabajadores migrantes en Arabia Saudita, está permitiendo un ciclo de trata de personas, trabajo forzoso y explotación. El programa, que prometía empleos seguros y estables, ha dejado a innumerables mujeres etíopes vulnerables a abusos y condiciones laborales peligrosas en el reino rico en petróleo.
"No hay garantías de que los trabajadores migrantes, particularmente en países con protecciones legales y leyes laborales insuficientes, reciban un pago". – dice Miriam Karmali, nuestra ex directora de promoción en Freedom United.
La engañosa promesa de oportunidad
Con el pretexto de recuperación económica y alivio de divisas, el gobierno etíope inició un programa para exportar 500,000 mujeres etíopes para trabajo doméstico en Arabia Saudita. A pesar de las advertencias de los investigadores de derechos humanos sobre las peligrosas condiciones que enfrentan los trabajadores migrantes en los países del Golfo, el gobierno ve este programa como un medio para aliviar la tensión financiera causada por años de conflicto civil.
Para atraer reclutas potenciales, el gobierno recurrió a Facebook. Más de 200 instituciones estatales etíopes, incluidos ministerios y administraciones de distrito, han utilizado sus páginas oficiales para promover la campaña de reclutamiento saudita, atrayendo a las mujeres con la promesa de un futuro mejor. Sin embargo, la realidad que aguarda a estos trabajadores en Arabia Saudita está lejos del panorama optimista pintado en las redes sociales.
“Es todo mentira. No les importa lo que pase después de traerte aquí. Si quieres venir, debes comprender los riesgos y poner tu fe en Dios, no en ellos”. – dice Fikirte, una madre reclutada en el norte de Etiopía.
Explotación bajo el sistema kafala
Las publicaciones del gobierno etíope en Facebook omiten convenientemente información crucial: los trabajadores migrantes en Arabia Saudita son despojados de la protección laboral que merecen. En cambio, su residencia legal está ligada a su empleador a través del sistema discriminatorio “kafala”, lo que en la práctica los deja impotentes para escapar de situaciones abusivas. La ausencia de salvaguardias ha dado lugar a casos de explotación extrema, en los que los trabajadores soportan condiciones desgarradoras.
La terrible experiencia de Fikirte sirve como un ejemplo desgarrador. Desde soportar el hambre y el agotamiento hasta defenderse de avances no deseados, su experiencia en Arabia Saudita personifica el sufrimiento que soportan muchos otros. La agencia de contratación, cómplice de este ciclo de abuso, confisca pasaportes y encierra a los trabajadores en habitaciones cerradas, dejándolos a merced de empleadores explotadores.
La complicidad de Facebook y la respuesta de Meta
La participación de Facebook en la difusión de información engañosa y la facilitación de esta campaña de explotación plantea serias preocupaciones éticas. La plataforma ha sido fundamental para amplificar la narrativa engañosa del gobierno y, en última instancia, atraer a personas vulnerables a situaciones peligrosas. En respuesta al escrutinio, Meta, la empresa matriz de Facebook, se ha comprometido a revisar las publicaciones de reclutamiento y eliminar aquellas que infrinjan sus políticas. Sin embargo, persisten dudas sobre la responsabilidad de la plataforma a la hora de prevenir tales abusos.
Mientras el gobierno etíope continúa viendo este programa migratorio a través de una lente económica, hace la vista gorda ante el sufrimiento de sus ciudadanos. Puedes unirte a nosotros para exigir una migración segura firmando nuestra petición.
Freedom United está interesada en escuchar a nuestra comunidad y agradece los comentarios, los consejos y las ideas relevantes e informados que hacen avanzar la conversación en torno a nuestras campañas y defensa. Valoramos inclusividad y el respeto dentro de nuestra comunidad. Para ser aprobados, sus comentarios deben ser civiles.
Uganda, Kenia, Ruanda, Sudán del Sur, etc. tienen los mismos programas promocionados por sus gobiernos. ¡Es muy difícil contrarrestar estas "oportunidades" cuando las personas, especialmente las mujeres, tienen pocas opciones!