Durante la temporada navideña pensamos en nuestra familia y amigos, pero es posible que no pensemos en cómo nuestras compras pueden estar apoyando negocios que prosperan gracias al trabajo forzoso. Grace Forrest, directora fundadora de Walk Free Foundation, escribe que los abusos que ocurren más adelante en la cadena de suministro a menudo son invisibles para los consumidores.
Escribiendo en El Sydney Morning Herald, explica que el 70% del consumo de productos del mar de Australia proviene de las importaciones, principalmente de Tailandia y otras partes de Asia. Los trabajadores a menudo están en el mar durante años, atrapados en la servidumbre por deudas y bajo la amenaza de violencia. Increíblemente, "para cuando esta captura llega a los estantes de una tienda australiana o a la parrilla de su barbacoa, todo rastro de este abuso ha sido borrado".
Entonces, ¿por qué sigue sucediendo?
En primer lugar, porque las cadenas de suministro de productos del mar son particularmente complejas y difíciles de desenredar. La fuente de los productos del mar a menudo está mal documentada dada la prevalencia del transbordo en el mar (donde los barcos intercambian carga sin atracar en un puerto oficial), la reexportación de productos del mar y las numerosas etapas de procesamiento.
Además de eso, otra razón por la que fácilmente podría terminar comiendo mariscos relacionados con la esclavitud el día de Navidad es que no tenemos leyes o sistemas que rastrean la esclavitud.
Puede saber por la etiqueta de una lata si su comida tiene ingredientes transgénicos o si es amigable con los delfines, sin embargo, no hay forma de saber si se ha utilizado mano de obra esclava para fabricar los productos que compramos y consumimos. Esencialmente, nuestras leyes y regulaciones no requieren transparencia de las empresas australianas que compran productos en el extranjero.
A la luz de esto, Australia finalmente está considerando aprobar una legislación similar a la Ley de Esclavitud Moderna del Reino Unido, que crearía un comisionado independiente para vigilar las empresas australianas que operan en el extranjero. Además, abordaría las estafas asociadas con el turismo en orfanatos y requeriría que el gobierno informara sobre sus propias cadenas de suministro.
Si bien las empresas pueden tomar sus propias medidas para abordar la esclavitud moderna, Forrest dice que necesitamos una "solución a nivel gubernamental para tener alguna posibilidad de resolver sistemáticamente todo esto" y que "las voces de los consumidores en apoyo pueden garantizar que siga siendo una prioridad".
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