Cuatro pescadores indonesios demandan al gigante estadounidense de productos del mar Bumble Bee. Alegan que fueron atrapados en barcos de propiedad china, sometidos a palizas y obligados a trabajar en condiciones inhumanas. La demanda, presentada al amparo de la Ley de Protección de las Víctimas de la Trata de Personas, podría sentar un precedente para exigir responsabilidades a las principales empresas de productos del mar por el trabajo forzoso en sus cadenas de suministro.
Obligados a trabajar, atrapados en el mar
Los pescadores, todos procedentes de aldeas de Indonesia, denuncian que los capitanes los sometieron a abusos violentos y les prohibieron abandonar sus embarcaciones. Describen cómo los golpeaban, les negaban atención médica y los sometían a servidumbre por deudas, condiciones que se ajustan a la definición legal de trabajo forzoso.
Un demandante, Akhmad, afirma que un capitán lo golpeó con un anzuelo metálico y lo obligó a seguir trabajando incluso después de sufrir una lesión profunda en la pierna. Otro, Syafi'i, sufrió quemaduras graves, pero los capitanes le negaron atención médica y le ordenaron que volviera al trabajo para "pagar su comida". Según sus abogados, cuando los pescadores intentaron hacer huelga, los capitanes los amenazaron con multas y más castigos.
Los barcos palangreros en los que trabajaban operaban en el mar durante largos periodos. Esto los obligaba a depender de los barcos de abastecimiento para el transporte de provisiones y la recogida de sus capturas. Este sistema, llamado transbordo, facilita que los capitanes abusivos mantengan a los trabajadores atrapados sin supervisión. La demanda argumenta que Bumble Bee se benefició conscientemente de estas condiciones de explotación.
El Independiente (aqui),
Bumble Bee había sido advertida durante años sobre las condiciones inhumanas en su cadena de suministro. En 2020, los relatos de condiciones abusivas y trabajo forzoso llevaron a Estados Unidos a suspender las importaciones de un barco pesquero con sede en Taiwán que, según se informa, abastecía a la empresa internacional de comercio de atún que adquirió Bumble Bee Seafoods ese mismo año.
A pesar de estas señales de alerta, la demanda alega que Bumble Bee continuó abasteciéndose de atún de buques que utilizaban prácticas laborales explotadoras. Los demandantes exigen una indemnización por los salarios impagos y los abusos sufridos, así como reformas sistémicas para prevenir más trabajo forzoso.
Un sistema roto que alimenta el trabajo forzoso
La industria pesquera mundial Está plagado de trabajo forzoso y trata de personas. Aislados en el mar durante meses o años, los trabajadores migrantes denuncian con frecuencia condiciones similares a la esclavitud moderna: jornadas de trabajo extenuantes, violencia física y amenazas si intentan irse.
El Congreso reforzó las protecciones contra el trabajo forzoso en las cadenas de suministro de mariscos en 2016, luego de una investigación de la prensa asociada que descubrió que mariscos capturados por esclavos llegaban a los mercados estadounidenses. Sin embargo, la aplicación de la ley sigue siendo inconsistente, y las grandes corporaciones siguen beneficiándose de cadenas de suministro opacas y abusivas.
Responsabilizar a las corporaciones
La demanda contra Bumble Bee podría suponer un punto de inflexión en la responsabilidad corporativa de trabajo forzado en el marLos demandantes piden que las empresas de productos del mar prohíban el transbordo, exijan atención médica y acceso a wifi en los buques y garanticen la contratación directa de trabajadores en lugar de depender de reclutadores explotadores.
Durante años, gobiernos y corporaciones han ignorado los abusos laborales en la industria pesquera. Ahora, los sobrevivientes exigen responsabilidades. Es hora de que empresas como Bumble Bee saneen sus cadenas de suministro y dejen de lucrarse con el trabajo forzoso.
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Sin una investigación y una información precisas, la mayoría de los consumidores no pensarían ni un segundo en el atún. Este es precisamente el problema. Pocos consumidores apoyarían condiciones tan anticuadas para los pescadores que realizan estos trabajos agotadores. Me parece que la demanda mundial de pescado barato está vaciando rápidamente nuestros valiosos océanos. No solo arrojamos basura plástica al agua, sino que esperamos que la misma cadena de suministro produzca una cantidad inagotable de peces en medio de esta basura que acumulamos.
Con la escasez de alimentos naturales y la escasez debida a otros factores, aún podemos boicotear las marcas que apoyan el trato inhumano a los trabajadores.
Que se revisen condiciones laborales y se logre justicia internacional laboral
En este mundo de horrores, solo importan el dinero y las ganancias. Es nauseabundo... gente despreciable...