En un cambio significativo, California y Nevada se encuentran entre los últimos estados de Estados Unidos que han impulsado medidas para abolir el trabajo forzoso en las prisiones. Este esfuerzo apunta a una cláusula de la 13ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que permite la esclavitud y la servidumbre involuntaria como castigo por un delito.
Mientras los votantes se preparan para opinar sobre este tema en las próximas elecciones de noviembre, el impulso para reformar el trabajo penitenciario es cada vez mayor. ganando impulso. Más de media docena de estados ya han aprobado enmiendas para cerrar esta brecha, y muchos otros buscan activamente una legislación similar. El movimiento, que trasciende las líneas políticas y raciales tradicionales, subraya un reconocimiento más amplio de los restos de la injusticia sistémica en Estados Unidos.
La realidad del trabajo penitenciario
Actualmente, alrededor de 800,000 personas encarceladas en prisiones estadounidenses trabajan en condiciones que sus defensores describen como de explotación. Oficialmente, el trabajo penitenciario se presenta como un medio de rehabilitación, que ofrece a los encarcelados habilidades laborales que podrían ayudar a su reintegración a la sociedad. Sin embargo, para muchos, estos empleos conllevan salarios muy inferiores al mínimo, lo que perpetúa ciclos de pobreza y marginación.
Christopher Blackwell, escritor encarcelado y defensor de la reforma penitenciaria en el estado de Washington, compara el sistema actual con la esclavitud y señala que incluso cuando se paga a los prisioneros, las cantidades son tan mínimas que no ofrecen ninguna oportunidad real de estabilidad financiera o desarrollo personal. En Washington, por ejemplo, los presos pueden ganar hasta 2.85 dólares la hora, una de las tasas más altas del país, pero incluso esto está muy por debajo de un salario digno.
Los críticos del sistema argumentan que los verdaderos costos de mantener salarios tan bajos están ocultos. A estudio reciente sugirió que poner fin al trabajo no remunerado en las prisiones estadounidenses podría generar hasta 20 mil millones de dólares anuales al permitir que las personas encarceladas pudieran mantenerse mejor a sí mismas y a sus familias. Además, permitir que los presos ganen salarios justos podría reducir la reincidencia y mejorar sus oportunidades posteriores a la liberación, beneficiando en última instancia a la sociedad en general.
El camino por delante
Como estados como California y Nevada se preparan para someter este tema a votación, las implicaciones de sus decisiones podrían resonar en todo el país.
The Irish Times (aqui),
El proceso legislativo fue una “montaña rusa emocional”, dijo Jerónimo Aguilar, analista de políticas del grupo de defensa Servicios Legales para Prisioneros con Niños.
“El dicho: 'Como va California, va el país', creo que hay mucho de verdad en eso”, dijo Aguilar.
Contamos con que ambos estados voten sí a la abolición de la esclavitud carcelaria este año y, junto con nuestro socio Servicios Legales para Prisioneros con Niños, continuaremos la lucha para poner fin a la esclavitud en todo Estados Unidos.
Durante años, la comunidad Freedom United ha estado pidiendo el fin del trabajo penitenciario forzoso en los EE. UU. Únase al movimiento y firmar nuestra petición eliminar la esclavitud de la Constitución de Estados Unidos.
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