Muchos países de todo el mundo están atravesando una crisis de cuidados: con el envejecimiento de la población y las tasas de participación laboral femenina en constante aumento, las familias recurren cada vez más a las trabajadoras del hogar para cuidar de sus hogares, sus hijos y sus padres ancianos. Si bien una proporción cada vez mayor del trabajo doméstico es parte de la economía formal, el trabajo doméstico sigue siendo uno de los sectores con la mayor proporción de empleo informal. Este nuevo informe de la OIT pide una combinación de incentivos y cumplimiento para reducir los altos niveles de informalidad en el trabajo doméstico.